miércoles, 3 de septiembre de 2008

Santa Lucia, último edificio románico de Barcelona (1268)

La iglesia de Santa Lucia, antes llamada capilla de las once mil vírgenes, esta situada dentro del conjunto catedralicio, en la esquina formada por el carrer de Santa Llucia y el carrer del Bisbe. Para llegar hasta ella hay que situarse en la catedral de Barcelona, y seguir por la entrada de la antigua muralla romana que da acceso al carrer del Bisbe. Justo en la primera esquina se encuentra la iglesia, que antaño formó parte del conjunto de las edificaciones del palacio episcopal. Hoy se sitúa adosada a un lateral del claustro gótico de la catedral, construido el siglo XIV.


Construida el año 1268, constituye el último edificio de estilo románico de Barcelona, y probablemente de toda Cataluña. Una vez finalizados los trabajos de construcción del palacio episcopal, el obispo Arnau de Gurb obtuvo un solar anexo al cementerio de la catedral barcelonesa, donde se construyó la capilla dedicada a las Santes Verges y a la Mare de Déu. Hoy, ya se ha dicho, está dedicada a Santa Llúcia. Y como se ha dicho también, la finalización del claustro gótico en el siglo XIV, hizo que la iglesia quedase adosada a un lateral de la galería oeste, cerrándola por dos de sus lados.

El elemento destacado es la puerta de entrada en la fachada occidental, realizada bajo el canon románico, cuenta con elementos casi propios del arte gótico. Consta de cuatro arcos en degradación que descansan sobre seis pilastras rectangulares y cuatro columnas cilíndricas. Un friso continuo decora la parte superior de las pilastras y las columnas, formando sendos capiteles en éstas cuatro.
En una de sus esquinas hay tallada una especie de pequeña columna. Durante la edad media este lugar era utilizado como mercado y el Consell de Cent, como organismo regulador de la ciudad, decidió colocar simbolicamente en forma de escultura una cana (medida barcelonesa equivalente a dos varas, 2,418 m.), la cual indicaba al comprador y vendedor que en cualquier momento podia ser comprobado cualquier objeto que alli se comercializase para evitar fraudes.

La vara se trataba de un listón de madera graduado con varias señales, que notaban la longitud de 3 pies y la división en tercias, cuartas, sexmas, ochavas y dedos.
En junio de 1568, ya Felipe II, dictó una orden para que se reconociera como vara castellana la de Burgos. Toledo, también recibió de Alfonso el Sabio, la primitiva vara castellana = 3 pies romanos, la que difería en un 1/4 línea con la de Burgos. Valencia, recibió de don Jaime el conquistador, la vara de 3 pies romanos. En 1746, Fernando IV ordenó el uso de la vara de Burgos, dado que 7 de sus pies equivalían a la toesa de París.

Otro elemento curioso de la iglesia es en su muro lateral, el que da a la calle del Bisbe, en la que en su día existió una puerta de acceso al interior, tapiada en un momento indeterminado (probablemente a principios del siglo XIX), pero de la que nos queda un testigo claro en forma de arco de medio punto con un agnus dei esculpido en su tímpano, encarado hacia la izquierda, con nimbo crucífero y ostentando la cruz griega sobre la vara.

Las pinturas murales y la imagen del altar son de Nuet y Martí (años 1940-1945). La pintura del tímpano del portal es de Joan Llimona (año 1901).
Lucía significa: "la que lleva luz".
A esta santa la pintan con una bandeja con dos ojos, porque antiguas tradiciones narraban que a ella le habían sacado los ojos por proclamar su fe en Jesucristo.
Nació y murió en Siracusa (ciudad de Italia), en la cual se ha encontrado una lápida del año 380 que dice: "N. N. Murió el día de la fiesta de Santa Lucía, para la cual no hay elogios que sean suficientes".

En el interior se encuentran dos sepulcros bajo dos arcolosios, el del lado de la epístola corresponde al obispo Arnau de Gurb y el otro al del canónico Francesc de Santa Coloma del siglo XIV, sobre el cual hay un calvario tallado en piedra con el fondo de cristal azul.

El interior, de ábside recto, está cubierto con una bóveda de cañón apuntada.

El piso está formado por grandes lápidas mortuorias de piedra.

Puerta de acceso a la iglesia de Santa Lucia desde el claustro de la catedral.

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