La Tamarita
Barcelona, distrito Sarrià-Sant Gervasi
Superficie: 1,4 ha
Situado en la plaza Kennedy entre el paseo de Sant Gervasi y la Avda. del Tibidabo
Su catalogacion es de jardín histórico, con curiosas particularidades, prohibida la entrada de perros en el mismo asi como jugar a pelota en el recinto del parque a no ser en la zona de juegos infantiles.
Al lado de los dos pilares que forman los soportes de la enorme reja que da acceso a el recinto del parque, encontramos el plano del mismo con sus recorridos, curiosamente nos damos cuenta que tambien estan las indicaciones en braile. En cuanto atravesamos la puerta de los Jardines de la Tamarita entramos en una Barcelona que nos lleva a los recuerdos de la burguesía que edificó sus mansiones en la parte alta de la ciudad y que las rodeó de jardines.
En este caso se trata de una finca que pertenecio a la familia Craywinckel; al principio del siglo XX fue adquirida por el industrial del algodón Alfredo Mata, este fué el que construyó la casa señorial que hoy es la sede de la Fundación Blanquerna toda ella rodeada de jardines y cuyo diseño se considera una de las primeras obras del arquitecto y paisajista Nicolau M. Rubió y Tudurí.
Nada mas traspasar las rejas de entrada, nos encontramos con un idílico estanque custodiado por las esculturas de dos leones durmientes al sol naciente de la mañana.
La Tamarita es un lugar donde ir a reponerse del mundanal ruido de la ciudad, estar tranquilo tomando sol, leer o simplemente fundirse con la naturaleza y esto está justo al otro lado de los muros de piedra y hierro forjado que rodean el jardín, construidas para guardar un espacio que antiguamente fue privado y que ahora es para disfrute de todo el mundo.
Justo al traspasar las rejas de la puerta podemos darnos cuenta que en sus extremos tenemos dos fuentes con papiros en su base.
Ascendemos por el camino del lado izquierdo al estanque, copas de cerámica convertidas en macetas con plantas encima de los muros nos acompañan; un camino rodeado de árboles yedras y helechos, una escalera de piedra lateral que nos lleva a otro lugar del parque con la sobria elegancia de los tests ornamentales de terracota, con geranios y helecho.
Tras caminar un tramos nos encontramos a la derecha con un espacio discreto, protegido por la sombra de un arbolado centenario y rodeados de bordillos vegetales, que invitan a pasar y estar un rato sentado en un banco, es un lugar fresco, la Font de les Granotes ( La fuente de las ranas), donde podremos disfrutar del frescor de la floresta y el aroma de las flores.
Todos los espacios del parque estan resguardados por arboles y parterres cada uno con su própia personalidad .
Seguimos ascendendiendo y nos encontramos a la derecha con el edifício principal, ocupado hay en dia por la Fundación Blanquerna.
El eje principal del jardín está constituido por un paseo con bancos y custodiado por estatuas alegóricas de América, África, Asia y Europa. En el centro, en la plaza de los cuatro continentes, una fuente preside la ornamentación de esta parte de la Tamarita.
Una vez que pasamos el eje principal del parque, nos encontramos con otro espacio presidido por un surtidor central en medio de la simetría de unos parterres y al fondo una cascada en forma de gruta hecha con piedra pómez y conchas, digna vivienda de hadas y gnomos.
Al lado de esta impresionante casacada, este año sin agua debído a la escasez de la misma nos encontramos con el invernadero, bastante deteriorado por culpa de algunos desalmados que no respetan ni conocen que esto es un jardin público; desde aquí pido una repulsa para ellos.
Otros lugares de este parque que podreis visitar.
Subiendo, a la derecha del paseo que constituye el eje central de los jardines, al principio de la pradera y detrás de la escultura que representa a África, hay un roble más que centenario. Posiblemente el árbol más antiguo de este jardín. Aparte de la edad, llama la atención por una rama de medidas excepcionales, tanto por el grosor como por la largura y las ramificaciones, que nace casi al pie del árbol y se extiende muy cerca de la tierra. Una tentación para los más pequeño, que a menudo suben . En la casa hay dos tejos enormes y, sobre todo, altísimos, ya que superan con creces los diez metros.
Tras una pendiente importante, ya que está situada en el torrente del Frare Blanc. Se accede a través de una pérgola ornamentada con trepadoras, entre las que destaca la anglesina .
Un camino permite pasear por el antiguo torrente, cuyos desniveles confieren en esta parte del espacio un gran efecto de espontaneidad. Al final de este camino, que empieza en la zona de césped que hay al lado de la casa, unas escaleras conducen hasta el área de juego infantil. Es un lugar seguro, donde los padres y las madres pueden conversar tranquilamente mientras los pequeños juegan, y en el que se puede acceder directamente desde la entrada de los jardines, en el paseo de Sant Gervasi.
En las noches de verano, la música toma el relevo al juego de los niños, ya que en este espacio de los Jardines de la Tamarita se celebran algunos de los conciertos del ciclo de música clásica que todos los años organiza Parques y Jardines .
Como se ha podido ver se trata de unos jardines para ir para ir a desconectarse y descansar, ya sea sentado en alguno de los bancos o tumbado en alguna de las zonas de césped, o hasta para practicar Tai Chi. Está prohibido jugar a pelota, debido a la gran profusión de detalles cerámicos que podrían resultar maltrechos.
Superficie: 1,4 ha
Situado en la plaza Kennedy entre el paseo de Sant Gervasi y la Avda. del Tibidabo
Su catalogacion es de jardín histórico, con curiosas particularidades, prohibida la entrada de perros en el mismo asi como jugar a pelota en el recinto del parque a no ser en la zona de juegos infantiles.
Al lado de los dos pilares que forman los soportes de la enorme reja que da acceso a el recinto del parque, encontramos el plano del mismo con sus recorridos, curiosamente nos damos cuenta que tambien estan las indicaciones en braile. En cuanto atravesamos la puerta de los Jardines de la Tamarita entramos en una Barcelona que nos lleva a los recuerdos de la burguesía que edificó sus mansiones en la parte alta de la ciudad y que las rodeó de jardines.
En este caso se trata de una finca que pertenecio a la familia Craywinckel; al principio del siglo XX fue adquirida por el industrial del algodón Alfredo Mata, este fué el que construyó la casa señorial que hoy es la sede de la Fundación Blanquerna toda ella rodeada de jardines y cuyo diseño se considera una de las primeras obras del arquitecto y paisajista Nicolau M. Rubió y Tudurí.
Nada mas traspasar las rejas de entrada, nos encontramos con un idílico estanque custodiado por las esculturas de dos leones durmientes al sol naciente de la mañana.
La Tamarita es un lugar donde ir a reponerse del mundanal ruido de la ciudad, estar tranquilo tomando sol, leer o simplemente fundirse con la naturaleza y esto está justo al otro lado de los muros de piedra y hierro forjado que rodean el jardín, construidas para guardar un espacio que antiguamente fue privado y que ahora es para disfrute de todo el mundo.
Justo al traspasar las rejas de la puerta podemos darnos cuenta que en sus extremos tenemos dos fuentes con papiros en su base.
Ascendemos por el camino del lado izquierdo al estanque, copas de cerámica convertidas en macetas con plantas encima de los muros nos acompañan; un camino rodeado de árboles yedras y helechos, una escalera de piedra lateral que nos lleva a otro lugar del parque con la sobria elegancia de los tests ornamentales de terracota, con geranios y helecho.
Tras caminar un tramos nos encontramos a la derecha con un espacio discreto, protegido por la sombra de un arbolado centenario y rodeados de bordillos vegetales, que invitan a pasar y estar un rato sentado en un banco, es un lugar fresco, la Font de les Granotes ( La fuente de las ranas), donde podremos disfrutar del frescor de la floresta y el aroma de las flores.
Todos los espacios del parque estan resguardados por arboles y parterres cada uno con su própia personalidad .
Seguimos ascendendiendo y nos encontramos a la derecha con el edifício principal, ocupado hay en dia por la Fundación Blanquerna.
El eje principal del jardín está constituido por un paseo con bancos y custodiado por estatuas alegóricas de América, África, Asia y Europa. En el centro, en la plaza de los cuatro continentes, una fuente preside la ornamentación de esta parte de la Tamarita.
Una vez que pasamos el eje principal del parque, nos encontramos con otro espacio presidido por un surtidor central en medio de la simetría de unos parterres y al fondo una cascada en forma de gruta hecha con piedra pómez y conchas, digna vivienda de hadas y gnomos.
Al lado de esta impresionante casacada, este año sin agua debído a la escasez de la misma nos encontramos con el invernadero, bastante deteriorado por culpa de algunos desalmados que no respetan ni conocen que esto es un jardin público; desde aquí pido una repulsa para ellos.
Otros lugares de este parque que podreis visitar.
Subiendo, a la derecha del paseo que constituye el eje central de los jardines, al principio de la pradera y detrás de la escultura que representa a África, hay un roble más que centenario. Posiblemente el árbol más antiguo de este jardín. Aparte de la edad, llama la atención por una rama de medidas excepcionales, tanto por el grosor como por la largura y las ramificaciones, que nace casi al pie del árbol y se extiende muy cerca de la tierra. Una tentación para los más pequeño, que a menudo suben . En la casa hay dos tejos enormes y, sobre todo, altísimos, ya que superan con creces los diez metros.
Tras una pendiente importante, ya que está situada en el torrente del Frare Blanc. Se accede a través de una pérgola ornamentada con trepadoras, entre las que destaca la anglesina .
Un camino permite pasear por el antiguo torrente, cuyos desniveles confieren en esta parte del espacio un gran efecto de espontaneidad. Al final de este camino, que empieza en la zona de césped que hay al lado de la casa, unas escaleras conducen hasta el área de juego infantil. Es un lugar seguro, donde los padres y las madres pueden conversar tranquilamente mientras los pequeños juegan, y en el que se puede acceder directamente desde la entrada de los jardines, en el paseo de Sant Gervasi.
En las noches de verano, la música toma el relevo al juego de los niños, ya que en este espacio de los Jardines de la Tamarita se celebran algunos de los conciertos del ciclo de música clásica que todos los años organiza Parques y Jardines .
Como se ha podido ver se trata de unos jardines para ir para ir a desconectarse y descansar, ya sea sentado en alguno de los bancos o tumbado en alguna de las zonas de césped, o hasta para practicar Tai Chi. Está prohibido jugar a pelota, debido a la gran profusión de detalles cerámicos que podrían resultar maltrechos.