El blog de Moebius

lunes, 22 de septiembre de 2008

Calle Petritxol

Calle Petritxol, Barcelona, España.
Barrio gótico
Es una calle con un largo de poco mas de 129 m y estrecha, con una mediana de ancho de 3,16 m, se encuentra dentro de la Ciutat Vella, barrio gótico, es paralela a las Ramblas entre la Calle Puertaferrisa y la Plaza del Pi.
Originalmente la calle no tenia salida y estaba rodeada de huertos. Esta calle fué construida en el año 1465, atravesando las fincas del señor Petritxol y de esta manera poderse comunicar con la calle Puertaferrisa y poder asistir a misa mas facilmente ya que por el otro lado comunicaba directamente con la plaza del Pi, entrada de la iglesia del mismo nombre. Muchas de las casas de dicha calle fueron construidas durante los siglos XVII-XVIII.
En 1959, se eliminaron las aceras y se empedró toda la superficie de la calle, convirtiéndose en la primera calle íntegramente peatonal de la ciudad.


Toda la calle esta salpicada de mayolicas que explican situaciones e historias de dicha calle, la mayólica es una cerámica con un acabado vítreo especial. La terracota es la base de los trabajos de cerámica y en este caso se le aplica un esmalte metálico compuesto de sílice, cenizas sódicas calcinadas, plomo y estaño. Se cree que la palabra mayólica deriva de Mallorca, la isla española situada en el Mediterráneo, que fue durante la Edad Media el centro de importación más importante de este tipo de cerámica hispano-morisca. La cerámica mayólica en España fue un hallazgo casual al intentar crear una porcelana similar a la elaborada en china con caolín.

Admiren de sol a sol la calle Petritxol

Aqui la Madre de Dios nos dice que el tiempo pasa leve

Refiriendose a estas dos anteriores mayólicas nos cuentan que en esta calle la gente celebraba los bautizos y las casamientos dado las buenas granjas que en ella se encuentran.

Recuerdos de un tiempo pasado.

Otro indicativo sobre las granjas- íbamos a comer nata ensaimadas y chocolate.

“La Pallaresa”, inaugurada en 1947, antiguamente había sido una vaquería, tal y como recuerdan los cuadros que decoran el local. Además de ofrecer chocolate a la taza casero y los productos típicos de estos establecimientos, éste es uno de los pocos locales de Barcelona donde todavía se puede degustar el auténtico “menjar blanc”, una crema de almendras con toques de canela y limón, auténtica delicia para los más golosos. Otro establecimiento histórico es la Granja Dulcinea (Petritxol, 2), retratado por Maruja Torres en una de sus novelas y habitualmente frecuentado por clientes famosos como Salvador Dalí y Àngel Guimerà, que tenía su domicilio en esta calle.

Pero sigamos con las moyólicas de esta calle.


También en la calle Petritxol se encuentra la placa del insigne doctor Francesc Salvá i Campillo, Barcelona, 1751- id., 1828 Médico, físico e ingeniero español. Realizó estudios sobre la electricidad aplicada a la telegrafía (1795) y construyó un telégrafo eléctrico (1804) que permitía la transmisión de mensajes a larga distancia a través de un total de 35 cables. Representante en España de la renovación científica impulsada por la Ilustración, destacó por sus acciones en favor de la inoculación y contribuyó a la difusión de la vacuna Jenner en nuestro país. En esta misma casa está el estudio donde hasta hace poco ensayaba la soprano Montserrat Caballé, tal y como recuerda una placa situada en la fachada, al lado mismo de la Granja La Pallaresa.

La historia de esta sala de exposiciones de arte comienza con un pequeño negocio de ventas de pinturas al óleo y un aficionado a la pintura decorativa llamado Joan Baptista Parés, este inauguró en el frente de su domicilio una pequeña sala de arte. En 1877 abría sus puertas por primera vez y eso la convierte en la galería de arte más antigua de España y en una de las más antiguas del mundo.
El éxito del proyecto hizo que pronto se tuviera que ampliar el espacio expositivo. En 1884 se amplia la galería, dándole una estructura parecida a lo que hoy todavía podemos encontrar en el mismo local, convirtiéndose en uno de los centros del modernismo catalán. Los nombres que figuran en la historia de la galería dan muestra de esta importancia: Santiago Rusiñol, Ramón Casas, Enric Clarasó, Joaquin Mir, Eliseu Meifrén, Anglada Camarassa, Isidre Novell, Modest Urgell…y para entonces un joven pintor, Pablo Picasso que expuso también en las salas de la galería en 1901.

Al final de la calle nos encontramos con la Plaza del Pi , justo delante de la entrada principal de l'esglèsia del Pi, podemos observar un edificio con unos magnificos esgrafiados recientemente restaurados que corresponden al gremio de los "Tenders Revenedors", que aunque este gremio nació en el Siglo XV, se intaló en este edificio en el Siglo XVIII. Estos esgrafiados barrocos hechos con arena de playa son, pues, los más antiguos de Barcelona. Observamos tambien una estatua del arcángel Sant Miquel, patrón del gremio.

Imprescindible en esta calle:

Probar "El menjar blanc" y disfrutar de un chocolate con churros o ensaimada.


Desde 1947, La Pallaresa elabora artesanalmente la mantequilla y productos lacteos, no se puede pasar por Barcelona sin haber probado sus suizos, " el menjar blanc o el mató de Pedralbes".
El menjar blanc es una crema de postre típica de la ciudad de Reus, Tarragona. Se hace con avellana, almidón, azucar, harina, una piel de limón y canela.
Proviene de una antigua receta medieval que aparece en diversos puntos de Europa, descrito como típico del Jueves Santo, se consumía especialmente estos dias santos a causa de que no contenía leche, ni derivados, cosa prohibida en estas festividades. La apariencia es la de una crema blanca (mas espesa que el yogurth y de tacto pastoso pero gusto dulce y suave.
INGREDIENTES :

200 gramos de almendras crudas
200 gramos de azúcar
75 gramos de fécula de maíz (la Maizena de toda la vida)
Limón
Canela en rama
Canela en polvo
1 litro de agua

En primer lugar debemos hervir el agua. Cuando esto ocurra apagamos el fuego y añadimos una peladura de la piel del limón (sin la parte blanca, que amarga) y una rama de canela. Tapamos la cazuela y esperamos 10 minutos a que el agua coja el aroma. Transcurrido el tiempo de la infusión colamos para retirar limón y canela y añadimos al agua las almendras. Trituramos. Dejamos reposar la mezcla unas 5-6 horas. Con una paño colamos de nuevo apretando con fuerza para que el sabor de las almendras pase al agua en su totalidad. Ahora procederemos a poner al fuego muy lento la cazuela para añadir poco a poco el azúcar y el espesante, en este caso la Maizena. No deben quedar grumos, así que no vayais con prisas. Vais removiendo hasta que todo quede bien disuelto y ya podeis avivar el fuego hasta que arranque el primer hervor. Entonces retirais, dejais enfriar a temperatura ambiente y al frigorífico dentro de moldes individuales o un recipiente ya destinado a servir. Se presenta en mesa con un poco de canela espolvoreada.

viernes, 19 de septiembre de 2008

El bosque energético

Lugar: Miramar,Mar del Plata, Buenos Aires , Argentina.

Interpretacion imagen satelital
Punto rojo- El bosque energético
Punto azul - Museo Punta Hermengo
Punto Verde - Entrada al vivero dunícola Florentino Ameghino
Punto violeta - Monumento al General Albarado, calle 26

Vivero dunícula Florentino Ameghino
Muy cerca del lugar donde termina la avenida Costanera, en la Punta Hermengo se localiza este vivero que tiene una superficie de 500 hectáreas arboladas.
A su entrada encontramos dos iconos importantes para distinguir, el faro de Punta Hermengo y el Cristo de la Hermandad.

El faro dejó de funcionar en 1971 y desde ese momento fue olvidado hasta quedar hoy sólo como un armazón de hierro junto al mar, a punto de derrumbarse. Desde el ámbito oficial, nadie se hizo cargo. El acceso al vivero dunícola "Florentino Ameghino", uno de los principales atractivos turísticos de Miramar, contrasta totalmente con una imagen de tristeza y abandono de una pieza histórica como el "Faro Punta Hermengo", que ve pasar sus últimos días en el olvido, a orillas del océano atlántico, en un estado irrecuperable. Inexorablemente habrá que esperar que su estructura de hierro totalmente corroída diga basta y se desplome en las cercanías del un "Cristo de la Hermandad" que paradójicamente no podrá evitar un final anunciado.


El nombre del vivero se debe al naturalista que realizara en esta zona de la provincia de Buenos Aires numerosas investigaciones del lugar. Fue al comienzo, una sede del Ministerio de Asuntos Agrarios tenía como finalidad fijar los médanos y dunas de esta zona mediante la introducción de especies arbóreas, fue entonces cuando esta estación se convirtió en un verdadero vivero, que muy pronto llegó a ser el punto de origen de las especies más variadas, que luego eran distribuidas a lo largo del territorio argentino.
Dentro de este lugar se destaca una gruta dedicada a la Virgen de Lourdes, que fue construida con madera propia del lugar en el año 1980.
En el vivero se ha establecido el Museo Punta Hermengo.
Este museo se debió al empeño de José María Dupuy (Hijo), que durante muchos años se dedicó con afán a recolectar material de ciencias naturales sobre todo de la zona de los acantilados y de las dunas.
A comienzos del siglo XX José María Dupuy (h) asumió como Subprefecto para ocuparse de la seguridad marítima y de los bañistas que llegaban por ese entonces a Miramar para pasar el caluroso verano. Las inquietudes de Dupuy fueron más allá de sus deberes ya que destinó su tiempo libre en la recolección de material de ciencias naturales que exponía posteriormente en un local del edificio de Subprefectura, ubicado en la rambla. Su amistad con el viajero naturalista Lorenzo Parodi hizo que se contactara con las más importantes personalidades científicas de su época, de lo cual existe una interesante documentación. El mismo Parodi poseía una "chacra-museo" en lo que es hoy día la Diagonal R. Mitre. Dupuy dejó su cargo en 1930 y se trasladó a Quilmes llevándose su colección particular. Similar suerte corrió la colección Parodi que terminó acrecentando el museo de una localidad vecina. Recién en la década del 70, un grupo de entusiastas aficionados impulsó la idea del museo, que se concretó en 1973. Luego de un período de conflictos en el cual la mayor parte del material se pierde, en 1975-1976 la Municipalidad y una Comisión presidida por el Dr. Juan María Duclós Peña y la Lic. Roxana Sciorilli-Borrelli, solicitaron a las autoridades provinciales los edificios ubicados en el Vivero Dunícola "Florentino Ameghino", inaugurándose el museo en 1977. Se le asignaron también cinco hectáreas para su parque propio y futuras ampliaciones, y luego el Vivero pasó a la Municipalidad. Hasta 1983 sobrevino otro lamentable retroceso para la institución y desde entonces se inició una lenta tarea de reestructuración.


Gliptodonte (Glyptodon Munizii), un raro espécimen dentro de los gliptodontidos, con una antigüedad de 500 mil años, anunciaron fuentes del Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar, quienes realizaron las tareas de recuperación de los restos fósiles. Los mismos fueron hallados en sedimentos del Pleistoceno del litoral marítimo del Vivero Dunicola Florentino Ameghino, a pocos metros de la avenida costanera. El Gliptodonte tenía 3,5 metros de largo y 1,4 de alto. Su cráneo estaba protegido por una coraza cefálica y su cola con anillos decrecientes y placas con puntas óseas. Su coraza ósea no tenia anillos móviles (como los actuales armadillos), cuya características es propia de esta familia de mamíferos desaparecidos. El tamaño de este caparazón es de unos 2,5 metros de largo por 2 metros de ancho, cuyas placas engrosadas entre si varían de 1 a 7 centímetros de diámetro, las cuales son fáciles de identificar por su forma de "flor". Su masa estimada en vida era de 1,5 toneladas. Su alimentación estaba compuesta principalmente por el pastoreo de hierbas bajas de zonas abiertas. Para llegar al fósil, los colaboradores tuvieron que extraer varios metros cúbicos de sedimento durante varias jornadas de arduo trabajo, puesto que el gigantesco animal prehistórico se hallaba en una posición en la que no se podía acceder en forma directa. Así mismo, se tuvo que preparar una estructura desarmable, única y original para levantar el fósil, cuyo peso estimado era algo mas de una tonelada.

El bosque energético es un lugar muy visitado, las personas van a concentrarse, meditar y a sentir la energía del bosque. También a poner ramas caídas en equilibrio, recoger piñas para 'llevarse la energía a casa' y abrazar los pinos para cargarse de energía positiva.

Desde afuera, sólo es posible observar un tupido y cerrado bosque de coníferas de un fuerte color verde oscuro. Dos construcciones de madera vieja y gastada, que durante el verano conforman un paseo de artesanos donde se venden gemas y artesanías de madera, son la puerta de entrada a un lugar que a simple vista no tiene nada de enigmático.
Sin embargo, la gran cantidad de turistas anuncian que estamos en el lugar indicado. El cartel amarillo de la entrada avisa que no se pueden cortar ramas y que hay que respetar y cuidar el lugar.
A medida que se avanza, el lugar se vuelve totalmente oscuro y la luz solar no encuentra forma de penetrar en el bosque, ni siquiera al mediodía, cuando el sol está arriba. Reinan el silencio y la oscuridad, los olores silvestres, la frescura y la humedad, pero lo que más nos llama la atención es ver los árboles. Crecen de costado, totalmente inclinados, y se cruzan entre sí, por lo que cuando se mira hacia arriba, el techo natural está plagado de ramas que se cierran unas sobre otras. En tierra, por el contrario, queda formado un gran círculo, delimitado por estos extraños pinos.
Hacemos lo que hacen todos los que visitan el bosque: buscamos en el suelo una pequeña rama (las hay por todos lados) y la clavamos verticalmente en el centro que forman los árboles. Luego tomamos otra y la apoyamos en forma horizontal sobre la primera, de modo que quede formada una “T” entre las dos. Y ante nuestra incrédula mirada sucede lo inesperado: la última ramita se mantiene haciendo equilibrio y no se cae. Durante varios minutos repetimos el acto con ramas de distintos tamaños y formas, y siempre ocurre lo mismo: se mantienen sin caerse.

Las diversas hipótesis que han querido explicar el fenómeno de las ramitas son muchas, desde la presencia de un meteorito enterrado, hasta la existencia de flujos telúricos, ionización ambiental, energía cuántica y hasta la antigua existencia de un cementerio indígena. Lo cierto es que el bosque energético existe y “lo de las ramitas”, como aquí llaman al fenómeno, es algo real, verificable con los ojos de cualquier humano, otros datos tambien curiosos es que no se encuentre en el bosque ningún tipo de pájaro a si como tampoco ninguna planta en el suelo y el silencio sepulcral que podras sentir en su interior.
Científicos del mundo de la física como Lord Kelvin, Rutherford, Albert Einstein y Planck, recorrieron el bosque y no pudieron revelar sus secretos. Las causas, más allá de las deducciones lógicas que hacen los visitantes, siguen siendo un verdadero misterio. Quizás, esta incertidumbre sea otro de los motivos para visitar al misterioso bosque. Incluso hacerlo de noche es algo que se puede tornar fascinante.