miércoles, 21 de enero de 2009

Anatomia de un asesinato

Buenos Aires, es definitivamente una linda ciudad. Solo hay que aprender a mirar sus bellezas, situaciones y miserias para poder darse cuenta de la verdadera realidad que se pulsa en ella como cualquier megapolis de otro lugar del mundo.
Es lindo ver la ciudad donde uno está viviendo con ojos de viajero, aunque la mayoria de los turistas no la llegan a conocer ya que van con el concepto predeterminado de los lugares clásicos que les muestran los touroperadores turísticos, el Obelisco, la Avenida Nueve de Julio, la plaza de Mayo, la Casa Rosada, Palermo, Puerto Madero, Recoleta y su cementerio, el barrio de la Boca y Caminito, la Bombonera, compras en la calle Florida, cena y show de tango en San Telmo, la calle Corrientes y sus teatros, el Subte, la excursión en barco por el Tigre… Todos esos tópicos forman parte de la Buenos Aires más turística, la que el visitante espera encontrar en su primer acercamiento a esta ciudad mítica. Pero como sucede con cualquier gran urbe, cosmopolita y mestiza, existen muchas otras Buenos Aires, además de la más típica, como cualquier urbe existe la dualidad, verdadera vida del sacrificado porteño obligado desde hace décadas, siempre asentir con la cabeza ante infinidad de situaciones sociales, llamemoslas: la cantidad de desocupados, los jubilados muertos de hambre, las jubilaciones graciables para los que nunca aportaron, los paros en los hospitales públicos, la falta de insumos en dichos hospitales, las monedas para viajar, eso sin contar de unos buses y trenes tercermundista en una sociedad moderna, (con respeto), la desnutrición infantil, la falta de justicia, el aumento del costo de vida, la impunidad, la inseguridad ciudadana, los secuestros, la corrupción de los gobiernos, el clientelismo político, la televisión basura, con todo esto por citar alguno de los aspectos negativos que pude observar en mis viajes, ahi tienes a una Argentina hecha desastre y envuelta en un caos.
Seguramente esto sea lo que a poco a poco haya transformado al porteño en un ser unitario, lo que degeneró en indiferencia incluso ante la perdida de la vida humana, quizas haya una ciudad diferente en el interior de cada porteño o bien sus parámetros sociales no sean los mismos aunque sin duda estemos en la capital cultural de Sudamérica.
Todo este preámbulo, se justifica, ya que viviendo muy cerca del lugar en que aconteció este suceso, paso seguidamente ha relatar no sin antes de solidarizarme con el grito de justicia reclamado por su familia.
La historia comienza cuando el viernes 19 de diciembre a las 21:15 aproximadamente, en la esquina de la calle Holmberg y Balbín en el barrio de Saavedra, de Buenos Aires, atropellaron y mataron inpunemente a Rodolfo Fernando Núñez Lencinas de 37 años. Fue una camioneta Ford Ranger gris con vidrios polarizados, la cual luego de atropellarlo, chocó con otro auto que estaba estacionado perdiendo parte del paragolpe delantero.
Rodolfo estaba cruzando Holmberg en el momento que le correspondía, ya que dos autos que estaban sobre esta calle del otro lado de Balbín esperaban a que el semáforo les diera paso. Al parecer ellos vieron lo ocurrido, siguieron a la camioneta y avisaron a un policía que trató de informar al cruce que hay en Gral. Paz, más para cuando lo hizo ya habían cruzado.
De acuerdo con algunos testimonios de vecinos de la zona, tanto la ambulancia como la Policía tardaron cerca de media hora en llegar al lugar.
Es por ello que la familia pide la colaboración de todo aquel que pueda acercar información sobre una camioneta de ese modelo con golpes en ambos lados.
Un taxista, que vio un vehículo con esas características, tomó contacto con ellos. Es por eso que una amiga de los Lencinas se acercó al lugar en el que estaba estacionada y anotó la patente, que luego acercó a la comisaría 49. Pero Juan Manuel asegura que no hicieron ninguna investigación.
"La camioneta asesina desapareció justo el mismo día en que empezaron a aparecer las notas en los diarios".

Noticia aparecida en Nuevo Diario Popular

La Policía busca al conductor de una camioneta que atropelló a un hombre en el barrio porteño de Saavedra y huyó sin asistirlo. La víctima falleció horas más tarde camino al hospital debido a la gravedad de la heridas sufridas por el violento impacto.
El dramático episodio, que ocurrió hace una semana pero recién trascendió ayer, tuvo lugar en la esquina de las calles Balbín y Holmberg frente a una sucursal del supermercado Coto. Los familiares del hombre denunciaron que la demora en la llegada de la ambulancia fue determinante para que se produzca su pronto fallecimiento.
El siniestro se produjo cuando Rodolfo Núñez Lencinas, de 37 años, fue embestido por una camioneta Ford Ranger, color gris, en la que viajaban dos personas. Sin embargo, los ocupantes del rodado no se detuvieron y escaparon con rumbo desconocido. Testigos del hecho contaron a los efectivos de la comisaría 49ª, que investiga el accidente, que además de las heridas sufridas, el hombre pereció debido a que la ambulancia no arribó al lugar con premura. El fallecido era padre de una niña de sólo 3 años.

El martes 30 de diciembre se reunieron multitud de vecinos en el fatídico cruce para demostrar su enfado ante este tipo de situaciones que ya se bienen produciendo estos accidentes varias veces en este lugar.

El lunes 19 de Enero del 2009 a las 19:30, cumpliendose ya un mes de la muerte de Rodolfo se celebró una segunda caceolada con el corte de la calle Holmberg. Tras un mes no se sabe nada del asesino ni de la camioneta gris Ford Ranger, ni de ninguna resolucion al respecto de colocar señales o bien un nuevo semaforo en dicho cruce.
Cada mes en el mismo dia y hora se volvera ha repetir el corte y cacerolazo en dicho lugar hasta que se tomen las adecuadas medidas para que esto no se vuelva ha repetir. Lamentablemente el proximo 19 de febrero ya no estaré en Buenos Aires, no por ello mi pésame continuara con la familia.




1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

En el barrio de Saavedra vivo y como Rodolfo mucha gente muere en el asfalto abandonada por el conductor que los atropelló, que la muerte de Rodolfo sirva para que tomemos conciencia que debemos salir a la calle clamando que la justicia actúe con rapidez, que aprendamos a solidarizarnos, a juntar nuestros voces en un sólo grito JUSTICIA- Debemos despertar y actuar-Ayer fue Rodolfo, hoy y mañana podemos ser cualquiera de nosotros, dejemos de ser unitarios y tan mansos defendamos nuestras vidas y nuestros derechos como ciudadanos- Gracias por haber informado sobre algo tan penoso como este caso, y que no quede impune depende de nosotros, del clamor popular y de unirnos- El pueblo tiene el poder-

22 de enero de 2009, 9:56  

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