El Hotel de los Inmigrantes

Comprensión vista satelital
Azul- Estación de Retiro.
Verde - Torre de los ingleses.
Violeta - Plaza Canada, el Totem.
Rojo - Hotel de los Inmigrantes actualmente museo.
Plaza Canada y el Totem
CP 1104ACA
(011) 4317-0285
La Argentina fue uno de los países del Nuevo Mundo que más inmigrantes recibió en el período de emigración de masas. Si bien en términos absolutos la cantidad de inmigrantes que se instalaron en el país entre 1880 y 1930 fue inferior a la de los que se dirigieron a los Estados Unidos, la Argentina fue el país que tuvo la mayor proporción de extranjeros con relación a su población total. De acuerdo a los datos del censo de 1914, una tercera parte de los habitantes del país estaba compuesta por extranjeros.
¿Por qué tantos inmigrantes decidieron instalarse en este país? ¿Qué ofrecía la Argentina como factores de atracción durante la época de las migraciones masivas?.
Hay que considerar que desde las últimas décadas del siglo XVIII el país ingresó en una etapa de expansión económica sin precedentes, acompañada por un proceso de pacificación política y de consolidación de las instituciones.
Todo ello favoreció la llegada de inmigrantes, y convirtió a la Argentina en uno de los destinos mas privilegiados.





Su estructura es de hormigón armado, con un sistema de vigas, losas y columnas . Es interesante destacar que se trata de una de las primeras obras en Argentina donde se utilizó el hormigón armado como sistema estructural.
Esto dio como resultado grandes salones libres de estructura en todas las plantas, espacios diáfanos y luminosos que permitieron albergar cómodamente a miles de personas.
Paralelo al río, el edificio conforma un rectángulo de 100 metros de largo por 26 de ancho que se organiza con una gran calle interior, longitudinal, generada por una doble hilera de columnas, hacia la que se vuelcan todos los espacios, salvo en el centro, donde la circulación se abre para conformar el gran comedor en la planta baja, y ámbitos de reunión y esparcimiento en los pisos superiores. En los extremos se disponen cuatro amplias escaleras de mármol que comunican verticalmente con todas los niveles. En planta baja se ubican el que fuera comedor, junto con la cocina y servicios auxiliares. En los pisos superiores cuatro dormitorios por planta, proyectados para albergar doscientas cincuenta personas cada uno. Una doble hilera de ventanas, repartidas hacia el exterior y la circulación longitudinal, ventilaban e iluminaban estos espacios. Los servícios sanitarios, exteriores al edifício, reflejan un criterio de la época.







Los emigrantes se dirigían a los distintos puertos según la cercanía respecto a sus lugares de origen y a las facilidades que las distintas compañías ofrecían. Partían mayoritariamente de Génova, Trieste, Nápoles, El Havre, Burdeos, Hamburgo y los puertos españoles.
La emigración masiva fue un negocio muy lucrativo para las compañías de navegación. Los armadores lograron obtener bajos costos de transporte reduciendo la tripulación, sirviendo comida de escasa calidad, ofreciendo a los emigrantes espacios reducidos y precarias condiciones de higiene a bordo. Los testimonios de los protagonistas y de los médicos y funcionarios destinados al control sanitario ofrecen una imagen dramática del viaje, acechado por enfermedades e incomodidades.













En la planta baja el comedor, con grandes ventanales hacia el jardín, la cocina y las dependencias auxiliares, en los pisos superiores los dormitorios. Había cuatro dormitorios por piso, con una capacidad para doscientas cincuenta personas cada uno, lo que significa que en el hotel podían dormir cuatro mil personas.
A los inmigrantes los despertaban las celadoras, muy temprano. El desayuno consistía en café con leche, mate cocido y pan horneado en la panadería del hotel, durante la mañana, las mujeres se dedicaban a los quehaceres domésticos, como el lavado de la ropa en los lavaderos, o el cuidado de los niños, mientras los hombres gestionaban su colocación en la oficina de trabajo.






A las tres de la tarde a los niños se les daba la merienda. A partir de las seis comenzaban los turnos para la cena, y desde las siete quedaban abiertos los dormitorios.
Cuando ellos llegaban al hotel, se les entregaba un número que les servía para entrar y salir libremente, y conocer de a poco la ciudad.
El alojamiento, gratuito, era por cinco días, por "Reglamento", pero generalmente se extendia por caso de enfermedad o de no haber conseguido un empleo.




Nació como una dependencia de la Comisión de Inmigración en el año 1872, y cumplió un rol importante dentro de las actividades del Hotel.
Su tarea consistía en la búsqueda de trabajo, colocación y traslado de los inmigrantes al sitio donde hubieran sido solicitados. Paulatinamente, la oficina de trabajo extendió sus funciones. Hacia 1913 contaba con salas destinadas a la exposición de maquinarias agrícolas y la enseñanza de su uso para los hombres, oficina de colocación para las mujeres, oficina de intérpretes, proyecciones
Enseñanza de labores domésticas a las inmigrantes en el Hotel. 1914. (Archivo General de la Nación) acerca de la riqueza nacional y descriptivas de la república; asimismo, una oficina dactiloscópica encargada de confeccionar las cédulas de identidad de los inmigrantes, de acuerdo al "moderno sistema Vucetich".
El cargo de director, de gran prestigio, contó con nombres como los de Juan A. Alsina y Juan P. Ramos.
En la planta baja funcionaba una sucursal del Banco de la Nación Argentina, cuyo propósito era el de facilitar a los inmigrantes las operaciones de cambio.



Equipado con los elementos más modernos de su época, al hospital le cupo la función de atender a los miles de inmigrantes que arribaron a Buenos Aires afectados, sobre todo, por enfermedades vinculadas a las vicisitudes del viaje, la mala alimentación, las penurias.






















1 comentarios:
Qué palabra puede expresar todo el sufrimiento, la soledad y el desconcierto de todas esas personas?
He agrandado cada foto y cada una de ellas me transmitió una energía tan especial que por un momento sentí en mi propia sangre ese padecer, mi abuela con 12 años estuvo en esos camastros subiendo y bajando esas escaleras, dios mío que suerte que por lo menos tuvo ese lugar al llegar en ese desamparo tan terrible- Gracias al Hotel y gracias por mostrarlo tan espectacularmente a través de esta crónica perfecta-El relato y las fotos son extraordinaras-Gracias por Revivirlo en cada nieto de inmigrantes como es mi caso-EXCELENTE!
Esa niña de 12 años se llamaba Concepción, partió de Vigo sola, vivía en Valles de San Román Asturias, y fué un ejemplo de vida-Creo que este artículo es un precioso y merecido homenaje a cada uno de ellos-
Susana Argentina nieta de Concepción Riaño
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